¿Ser la otra?
- Luzmaigrys M. González
- 5 oct 2016
- 3 Min. de lectura

En la vida, la suerte es muchas veces un mito que pocas personas llegan a conocer. La famosa suerte puede conseguirse en el trabajo, hogar, estudios, a nivel personal, espiritual y una que otras veces en lo sentimental, aunque las relaciones amorosas son cada vez más tóxicas y complicadas, porque mientras algunas son felices con su hombre perfecto, otras deben conformarse con ser la otra de "ese hombre perfecto".
Pero ¿Qué es eso de ser la otra?
Ser la amante, y una amante es la mujer con la que un hombre casado, comprometido o con novia mantiene una relación extramarital o extraconyugal en donde están implicados lazos sentimentales o sexuales y en la cual ambas partes pueden divertirse, dejar la monotonía, gozar pero también sufrir.
Sufrir es sumamente sencillo cuando uno de los dos (o los dos) salen enamorados, o cuando uno demuestra más que el otro, sobre todo como mujer tener la idea de que en casa estará la mujer que esperará a ese hombre que tanto te gusta o que simplemente te atrae y hay que "resignarse" a eso.
No hay que darle tantas vueltas al asunto, lo claro, claro está. Si aceptas ser la otra tendrás tus razones y son totalmente íntimas y personales, ni siquiera tus padres o amigos tendrán voz y voto en esa decisión porque por más que crean que sepan lo que sientes y piensas están equivocados, ya que nadie sabe lo que sientes, a veces ni uno misma.
Puedes aceptar verte en esa situación por muchas razones, desde estar sumamente enamorada, interesada en su dinero, por el apoyo que te brinda, por como es contigo, por lo feliz y divertida que eres cuando salen, o simplemente porque te dio la gana de fijarte en un hombre que ya alguien más y quizás otras más ya han puesto sus ojos antes de ti.
Entonces, ¿será cuestión de llegada?
Puede que sí, una vez un hombre al que según el -le fascinaba- me dijo que si me hubiera conocido antes las cosas serían distintas. A lo que respondo, sí, puede ser.
Quizás si hubieras llegado a la vida de esa persona tiempo antes, estaría contigo o por lo menos intentando estarlo sin un anillo de matrimonio en su dedo, una mujer en casa esperando por él y unos hijos que pasan a ser la razón principal para continuar en ese matrimonio.
La vida es injusta pero qué se le puede hacer, simplemente tocó conformarse con haberlo conocido después del matrimonio, las incontables novias anteriores, los hijos o próximos hijos, en fin, te tocó conocerlo con todo lo que es, lo que tiene y lo que no en ese preciso momento, y, en esa precisa etapa de sus vidas.
¿Cuál de las "otras" soy?
La otra conformista
Es esa joven -y no tanto- que desea vivir la vida con todos y sus riesgos, problemas y dificultades, sin fronteras ni barreras que le impidan la felicidad o la ambición que se tiene en la juventud. La otra que no se enamora es la que sabe que así ese hombre con el que sale tiene esposa e hijos a ella no le interesa en lo absoluto.
Su único interés es tener dinero en sus tarjetas y cartera, ropa nueva, celular caro y uno que otro gusto, mientras sigue siendo feliz y libre porque así como su hombre está casado, ella puede tener aventuras con quien quiera sin sentir remordimientos y ningún tipo de problema.
La otra enamorada
Es lo que precisamente NO SE PUEDE SER, si vas a ser la otra por naaaadaaa del mundo te enamores, aunque eso de enamorarse a veces es espontáneo otras veces se puede controlar, si tienes voluntad y la convicción de que estás ahí por cualquier cosa menos por amor verdadero o para enamorarte ¡sigue así!.
En fin, si eres la otra conformista, enamorada, obsesionada, entregada, antiparabólica o el tipo que seas, ES TU VIDA, vívela, gozala, destruyela, amala, dañala, haz lo que te haga feliz y sobre todo te enseñe , si por entrar a una relación la vida, el destino o el karma te castigará ¡tranquila! ya te tocará, con tal seas lo suficientemente inteligente, fuerte y segura para afrontarlo cuando venga, ánimos que eres una guerrera.
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